Como lo vimos anteriormente, archivos desclasificados por el presidente Tump, comprueban la complicidad entre los mandatarios mexicanos y el gobierno norteamericano, siendo estos agentes activos de la CIA durante su mandato, traicionando a la patria y a su pueblo, esta complicidad permitió al país vecino invadir con propagandistas los medios de comunicación, crear una corriente de pensamiento y un grupo de defensores, pero sobretodo lograr destruir a la oposición que advertía los desastres que este modelo traería.
El modelo neoliberal, que los intelectuales trajeron de las mejores escuelas del extranjero, prometió administrar adecuadamente las riquezas que la nación estaba produciendo, el mal llamado milagro mexicano había puesto a los mexicanos a soñar, y fueron estos mismos pseudo-intelectuales vendidos al imperio Yankee quienes se encargaron de imponerse por la fuerza.
Con la modificación a los artículos constitucionales, los ejidatarios comenzaron a ceder ante las presiones de los grandes capitales, algunos a la fuerza, otos por miedo, pero la gran mayoría engañados maliciosamente, vendieron la tierra que tenían para trabajar y firmaron contratos para trabajarles a estos gigantes sin rostro.
Y con el estado completamente debilitado, los problemas en lo general aplastaron a los problemas en lo individual, el pueblo fue poco a poco abandonado a la voluntad del poder económico, el cual se iba apoderando de todo respaldados por el estado y la banca internacional.
Los sindicatos de trabajadores también eran comprados y así entre todos, medios de comunicación, expertos, mandatarios, propagandistas, políticos entre otros, se fingía un estado de emergencia en el cual, mediante maniobras económicas sincronizadas se iba debilitando poco a poco la economía individual de la población, mermando su capacidad adquisitiva gradualmente, pero también con grandes golpes programados mediante ataques coordinados de shock, diseñados para que la población exija al gobierno actuar de cierta forma.
Sin opciones, la democracia nacional se transformó en una simulación, y la población pasó a ser un mero espectador del como la clase política se repartieron las riquezas, mientras promulgaban crisis y deuda nacional, la alza a los impuestos era continua llegando al colmo de estos abusos con el llamado FOBAPROA.
El plan era simple, agobiar a la población con un sin fin de problemas, el terremoto del 85 dio uno perfecto inicio de la declive económica nacional, si bien México es una nación que se fundó endeudada, existieron períodos históricos de abundancia como el llamado milagro mexicano o el periodo de gran demanda petrolera que se vivieron en los sexenios de los presidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, los cuales hubieran permitido a México de hoy una nación libre de deudas, pero el intervencionismo estadounidense han manipulado la historia a conveniencia.
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